El verdadero Don Limpio, ahora viene más recargado que nunca, putitas mías.
Lo mejor de los maduros, es que puedes comerles su gran polla dura y gruesa, mientras te tienen al fuego unas lentejas de puta madre. Yo recuerdo a uno que conocí en un eroski, y la recuerdo como uno de los mejores polvos de mi vida. El me hizo unos callos cojonudisisimos, y mientras los preparaba, yo le daba como un cabrón por el ojete, ya que se había puesto faldita para que fuese haciendo mientras cocinaba. Creo que eyaculé tal cantidad de esperma, que estuve dos horas inconsciente. Menos mal que los callos me dieron fuerza para acabar el día con un par más. Y tenía unos hijos majísimos. Menudos vicios echamos al crash bandicoot 2.